En este blog vamos a intentar hacer accesible toda la información disponible sobre la catástrofe de Japón el día 13 de marzo del 2011 y sus consecuencias.
También vamos a intentar explicaros todos los aspectos científicos relacionados con el tsunami y el posterior accidente nuclear.

lunes, 16 de mayo de 2011

¿QUÉ PODRÍA CONLLEVAR EL ACCIDENTE NUCLEAR DE JAPÓN?

Desde Greenpeace queremos, en primer lugar, expresar nuestras condolencias a los familiares de las víctimas del terrible terremoto que ha sufrido Japón.

Estamos profundamente preocupados por las posibles consecuencias que el terremoto y el tsunami puedan tener sobre la seguridad de las instalaciones nucleares de Japón, así como de otras industrias peligrosas como las refinerías de petróleo o fábricas de productos químicos, y sobre sus potenciales efectos sobre la salud pública y el medio ambiente.

La situación en varias centrales nucleares, en especial en la de Fukushima-1, es muy preocupante. Catorce centrales nucleares situadas en la costa noreste de Honsu, la isla principal de Japón, están cerradas, probablemente muy dañadas todas ellas, como consecuencia del terremoto de ayer, de magnitud 8,9 en la escala de Richter.

Las centrales japonesas, un país con requerimientos muy estrictos en cuanto a resistencia a riesgos sísmicos, estaban diseñadas para soportar como máximo terremotos de intensidad 7,5. La fuerza del que asoló ayer Japón es más de 10 veces superior.

Al iniciarse el terremoto, esas centrales nucleares fueron llevadas a situación de parada. Pero, y este es uno de los inconvenientes de una tecnología tan peligrosa como la nuclear, el riesgo de sufrir un accidente no acaba ahí, puesto que incluso con la central parada, el combustible nuclear sigue activo, sigue habiendo reacciones nucleares que, además de radiactividad, generan mucho calor. Aún en situación de parada, es necesario seguir refrigerando el núcleo del reactor, el combustible nuclear, durante muchas horas, para evitar un accidente nuclear.

Los sistemas de refrigeración de emergencia del núcleo del reactor funcionan con electricidad. Pero el terremoto afectó al suministro eléctrico externo de las centrales de Fukushima-1 y 2 (al menos, de estas dos), dejando a éstas sin aporte eléctrico, lo que se llama en la jerga nuclear un station black-out. En ese caso, tendrían que haber entrado en funcionamiento inmediatamente los generadores diesel de emergencia de la central. Pero estos, quizá por efecto del terremoto, no funcionaron. Entonces, empezó la cuenta atrás.

El combustible nuclear, sin ser refrigerado activamente, empezó a sobrecalentarse. El agua en el interior de la vasija del reactor empezó a evaporarse, el vapor a aumentar la presión del interior de la vasija, el combustible a quedarse al descubierto, sin agua que lo enfriase. Es el principio de un LOCA (Loss of Coolant Accident), el accidente por pérdida de refrigerante, el peor que se puede dar en una central nuclear. De esos que, según la industria nuclear, nunca pueden ocurrir.

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Esperanza Japón